Cuando necesitas realizar una traducción, resulta clave el talento que contrates para llevarla a cabo. Debes poder elegir un profesional acorde y capacitado para tal fin, teniendo en cuenta el tipo de formación, perfil, habilidades, reputación y tarifa. Y nosotros te proveemos todas las herramientas necesarias para que la elección sea lo más acertada posible.

 

¿Por qué es importante que la elección sea lo más acertada posible? Para evitar pérdida de tiempo, de recursos y de esfuerzos. Una vez seleccionado el traductor que te apoyará en la tarea, es importante que tengas en cuenta una serie de detalles que harán más fluido el proceso: por un lado, porque vas a cubrir baches de información que si no fueran considerados podrían jugar en contra, y por otro porque vas a agilizar el proceso de comunicación con el profesional. Ambas condiciones serán fundamentales para llegar al resultado deseado.

La base

Cuenta con la versión final del documento a traducir: esto es esencial para focalizar esfuerzos y sacar el máximo provecho al tiempo disponible (sumado a que muchas veces las traducciones se asignan con muy poca antelación en relación a la fecha del deadline). Si trabajaras con una versión provisoria podrías llegar a tener más de un dolor de cabeza. Resulta mucho más práctico ya contar con la versión final del documento a traducir, para luego evitar comparar ambas versiones y quizás saltear detalles esenciales.

Involucra al traductor

Tu colaborador va a necesitar darle un “marco” a su trabajo y entender para qué está haciendo lo que está haciendo. Involúcralo en el proyecto y coméntale de qué se trata, cuál es el objetivo. Es un forma de que tenga un horizonte y que oriente sus esfuerzos hacia esa meta.  Sin esa guía resultaría mucho más difícil ponerse en situación, sin siquiera saber por ejemplo para qué se va a utilizar esa traducción.

Ofrécele información complementaria

Más allá de que le comuniques cuál es su rol y el objetivo de tal traducción, es importante que le ofrezcas información complementaria que le sirva de apoyo para su trabajo. Puede ser documentación extra, brochures, traducciones que se hayan realizado con anterioridad y que estén vinculadas al tema, o cualquier otro recurso. Lo importante es que lo proveas con información de contexto, porque sin ella el resultado podría no ser el buscado (es decir, un párrafo puede traducirse de una forma, u otra completamente diferente, sabiendo cuál es el soporte de esa comunicación, el público objetivo, tono que debe tener, y demás aspectos)

Seguimiento

Puedes elegir un colaborador de tu equipo para que te asista en el seguimiento del traductor, o bien puedes ser tú mismo. Lo importante es que haya una sola persona de contacto para agilizar procesos y mantener una misma línea de comunicación. Así, el profesional sabrá que cuenta con una referencia en caso de tener que aclarar dudas o precisar información complementaria.

Recurre a glosarios para mantener la coherencia entre los mensajes

Si no es la primera traducción que realizas en ese campo, es probable que ya cuentes con glosarios referidos al tema. Una buena sugerencia es que lo pongas a disposición del traductor para que acceda a toda la terminología a la que se debe adaptar para agilizar tiempos y así evitar luego tener que realizar ajustes que podrían haberse previsto desde un principio.

 

Estate atento a términos muy localistas

En la versión original del documento, evita utilizar términos demasiado localistas que podrían cambiar de significado al realizar la traducción. Especialmente en lo que refiere a mensajes publicitarios, un mensaje demasiado localista (que fue efectivo en determinado idioma pero quizás no lo sea en otro) puede tener un impacto negativo en la traducción final. Por lo tanto, siempre que sea posible procura mantener cierta neutralidad en el texto original para que el mensaje en la traducción no corra riesgos de perder efectividad (muchas veces hay términos que son realmente difíciles de traducir o es complicado  encontrar un equivalente en otro idioma).